14 Abr Dos miembros del Rotary Club de Jerez se desplazan hasta África Occidental para vacunar a 17.000 niños contra la Meningitis y la Fiebre Tifoidea
Siete días en los que los miembros del Rotary Club de Jerez, en colaboración con el Rotary local Abidjan-Adjamé y el equipo médico del Instituto Hispalense de Pediatría dirigido por Alfonso Carmona, salvaron 17.000 vidas de los residentes de cuatro ayuntamientos de la capital, Williamsville, Attecoubé y Bromakoté, y de la zona norte del país en la región de Boukani, pasando por localidades como Bouna, Tehini, Doropo y Ondefidou.
El Proyecto de Vacunación en Costa de Marfil se ha convertido en uno de los proyectos rotarios más emblemáticos dentro del territorio internacional siendo el municipio jerezano el pionero organizando la cuarta campaña. «Desde el pasado 2007 no se hacía ninguna porque el país estaba en guerra. Las circunstancias militares eran muy graves y ahora hemos aprovechado un periodo de calma relativa para poder reanudarla», explica Nicomedes Ruiz, presidente del Club Rotary de Jerez.
El Club Rotary de Jerez, que este mismo año cumple 15 años en la ciudad, está formado por 21 miembros procedentes de diversos sectores económicos y profesionales líderes de la sociedad, profesionales de éxito en su oficio y que bajo las premisas de la amistad y el compromiso ético, devuelven a la sociedad todo lo que han recibido de ella utilizando su experiencia en el sector para mejorar la vida de todos los que lo necesitan a través de proyectos humanitarios y de cooperación con el lema de ‘¡Dar de sí antes de pensar en sí!’.
Solidaridad, valentía y compromiso son algunos de los adjetivos con los que se pueden definir las acciones humanitarias que realizan los rotarios jerezanos en Costa de Marfil, donde las muertes del pasado año 2017 ocasionadas por el virus del meningococo han provocado el traslado a más de 600 kilómetros de la capital por carretera de todas las familias que veían peligrar las vidas de sus propios hijos.
«En África todo es mucho más complicado. Hacer llegar las vacunas por todos los sitios es muy difícil y es una pena que haya familias que se hayan quedado sin poder vacunar a sus hijos después de recorrer a pie más de 40 kilómetros hasta las mesas de vacunación porque solo teníamos 17.000 vacunas», señala el presidente del club rotario de la ciudad.
En la financiación del proyecto han colaborado con aportaciones los clubes rotarios de Alcoy, Castellón y los rotarios del distrito Serrano de Madrid. Además, la Fundación Rotaria Internacional, a la que pertenecen más de un millón de rotarios de diferentes partes del mundo, ha realizado una aportación que eleva el presupuesto a 80.000 euros, siendo el montante destinado exclusivamente a vacunas de 70.500 euros.
Ya son 60.200 niños africanos los que están vacunados contra las enfermedades de la Meningitis y la Fiebre Tifoidea desde que comenzaron las campañas de vacunación, sin contar las vidas que se sumarán una vez iniciada la V Campaña que pondrán en marcha los rotarios jerezanos una vez conseguidos los fondos necesarios para ello.
Desde el Rotary Club de Jerez destacan que la expedición ha vivido una experiencia difícil, aunque plena de anécdotas y dificultades, pues la climatología adversa, la incidencia de enfermedades y las carencias higiénicas de todo tipo, así como las largas horas de dedicación diaria a dicha labor, han forjado un recuerdo inolvidable de una acción solidaria que solo un club de estas características es capaz de desarrollar. «Después de un año y medio de preparación, hemos sido acogidos por una familia de la zona con la que hemos podido compartir su día a día en pleno corazón de una aldea africana», explica Jean Pierre Laurent, rotario del club desde hace 3 años.
África cuenta con un problema que es responsable de la mayoría de las enfermedades sanitarias que padecen sus habitantes, la escasez y la contaminación del agua. «Es muy importante que sigan adelante las campañas de vacunación, pero una de las soluciones es arreglar el problema del agua porque por más que intentemos vacunar a los niños, si el agua sigue así, las enfermedades seguirán creciendo», señala Laurent.
Los rotarios del club jerezano aseguran que su colaboración es un alivio para todas las familias, donde una mirada y un apretón de manos es un gesto que todos agradecen. «Las necesidades de estos pueblos son muy grandes, no tienen medios ninguno. Lo que hacemos realmente es una gota de agua en el océano humano pero sin duda alguna, son gotas muy necesarias», comenta Laurent.
Entre anécdotas difíciles de olvidar, el rotario jerezano señala que durante los siete días se convirtió en el «rincón del consuelo». «Cuando estábamos vacunando, los niños no paraban de llorar. Tienen el umbral del dolor muy bajo y todos lloraban. Cuando vi al primer chico llorar, le tendí mis manos para abrazarlo y consolarlo para que estuviese más tranquilo. Cuando todos vieron que el chico se tranquilizó, todos los chicos venían a mí. Me convertí en el rincón del consuelo. Esto fue increíble. Estos momentos lo pagan todo».
Desde el Club Rotary de Jerez aseguran que están muy satisfechos con las labores humanitarias que están llevando a cabo en Costa de Marfil desde hace varios años atrás, con la idea de seguir un paso más con cada uno de los proyectos que ponen en marcha. «Queremos estar cerca de la sociedad, transmitir todo lo que hacemos para que los ciudadanos apoyen cada una de nuestras iniciativas humanitarias para así cada vez recaudar más fondos y llegar a más personas. Ver que tu granito de arena salva una vida es una sensación maravillosa», concluye Nicomedes Ruiz, presidente del Club Rotary de Jerez.
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